Más Allá del Cumplimiento: Cómo el PEDI transforma tu visión en acciones concretas y resultados medibles en la Educación Superior

La interrelación entre la planificación estratégica y la autoevaluación es un proceso continuo y sistémico, cuyo principal objetivo es impulsar la mejora de la calidad educativa en las instituciones de educación superior (IES). Esta dinámica asegura que la institución no solo defina su rumbo futuro, sino que también evalúe constantemente su progreso y se adapte a los cambios.

A continuación, se detalla esta interrelación:

Cómo el PEDI transforma tu visión en acciones

  • La Planificación Estratégica: El Marco Orientador con un Objetivo Claro
    • La planificación estratégica es una herramienta fundamental que permite a las IES establecer una visión de desarrollo a largo plazo [i]. Su construcción debe ser participativa y concertada con todos los miembros de la comunidad [i]. El Plan Estratégico de Desarrollo Institucional (PEDI) es el documento central, que se ejecuta a través de Planes Operativos Anuales (POA) [i]. Este plan orienta el desarrollo de las tres funciones sustantivas de la educación superior: docencia, investigación e innovación, y vinculación con la sociedad [i].
    • El PEDI debe sustentarse en un diagnóstico participativo de la institución y su entorno [i]. Los objetivos estratégicos del PEDI deben ser coherentes internamente y garantizar el logro de la visión institucional [i]. Las metas y objetivos establecidos actúan como referentes para la evaluación y la mejora [i]. Por ejemplo, el plan de aseguramiento de la calidad debe guardar relación con los objetivos estratégicos definidos en la planificación institucional [i].
    • La estrategia es definida como «lo que hacemos para alcanzar nuestro objetivo«. Implica pasar de un estado actual a uno futuro deseado (el objetivo), mediante acciones con visión a mediano y largo plazo, planificación y asignación de recursos, gestión de personal e incertidumbre, y conocimiento de las capacidades y el entorno. La estrategia es el plan para cumplir la misión y lograr la visión de la organización.
    • Los objetivos pueden ser estratégicos, tácticos u operativos. Pueden referirse a diferentes disciplinas como educativas, financieras, de seguridad y salud, y ambientales, aplicándose en diversos niveles. En el contexto de un Sistema de Gestión para Organizaciones Educativas (SGOE), la organización establece los objetivos del SGOE de manera coherente con su política. La política del SGOE, enmarcada por la cultura y los principios de la organización, proporciona el marco de referencia para el establecimiento de los objetivos del SGOE, que se revisan periódicamente para asegurar que la misión se realice eficaz y eficientemente, mientras se avanza continuamente hacia el logro de la visión.
    • Al planificar el SGOE, la organización debe considerar cuestiones internas y externas, y requisitos de las partes interesadas, para determinar riesgos y oportunidades que necesitan ser abordados con el objetivo de asegurar los resultados previstos, aumentar los efectos deseables, prevenir resultados no deseados y lograr la mejora continua.
  • La Autoevaluación: Análisis y Retroalimentación para el Objetivo de Calidad
    • La autoevaluación es un proceso fundamental para el aseguramiento de la calidad y el mejoramiento continuo [i, 116]. Es un análisis crítico, reflexivo y participativo que las IES realizan para identificar sus oportunidades de mejora [i]. Este proceso es crucial para la autorregulación institucional y debe ser permanente, no episódico [i]. Su objetivo principal es retroalimentar efectivamente a todos los actores institucionales, incluidos los profesores, para reconocer su labor y apoyar la mejora de su desempeño [i].
    • La autoevaluación permite contrastar el estado real de la institución con los estándares de calidad deseables, lo que lleva a la definición de brechas existentes y acciones de mejora [i]. Los resultados de la autoevaluación son una base importante para retroalimentar sistemáticamente la planificación estratégica y operativa de la institución [i].
    • La autoevaluación se centra en el cumplimiento de los estándares definidos, los cuales buscan reflejar la calidad. Es un proceso intencionado, sistemático y planificado que busca valorar el mérito o valor de un objeto, agente, elemento o proceso, para brindar información útil en la toma de decisiones, conocer su estado actual y documentar logros, con el objetivo fundamental de la mejora.
  • Interrelación para la Mejora Continua de la Calidad Educativa: Un Objetivo Compartido
    • La planificación estratégica proporciona la dirección y los objetivos a largo plazo, mientras que la autoevaluación evalúa el progreso hacia esos objetivos y revela las áreas que necesitan atención y mejora [i].
    • La mejora continua es la actividad constante para mejorar el desempeño institucional [i, 220]. Se logra al establecer objetivos para cumplir con el perfil de egreso y al identificar oportunidades para la mejora de los procesos .
    • Los planes de mejora se definen tomando como insumo el informe final de autoevaluación, lo que asegura que las acciones correctivas y de perfeccionamiento estén alineadas con las deficiencias identificadas .
    • La evaluación del cumplimiento del POA se asocia a una reflexión sobre el avance del PEDI y la necesidad de actualizar la planificación estratégica si se revelan errores o cambios [i].
    • La implementación de un modelo de gestión de aseguramiento de calidad y mejora continua centrado en procesos es fundamental para alcanzar la eficiencia y eficacia institucional y permitir la sostenibilidad [i]. Esto implica la definición y gestión sistemática de los procesos y sus interacciones para lograr los resultados previstos de acuerdo con la política, los objetivos y el plan estratégico.
    • La alta dirección debe asegurar que la política de la organización educativa y los objetivos de la organización educativa sean compatibles con el contexto y la dirección estratégica. Además, debe promover la mejora continua.
    • La organización debe establecer objetivos educativos en las funciones y niveles pertinentes, y estos objetivos deben ser coherentes con la política, medibles (si es posible), tener en cuenta los requisitos aplicables, ser pertinentes para la conformidad de productos/servicios y el aumento de la satisfacción del estudiante, personal y otros beneficiarios, ser objeto de seguimiento, comunicarse y actualizarse según corresponda. La información sobre estos objetivos y su logro debe documentarse.
    • La evaluación del contexto (necesidades, oportunidades, problemas) debe utilizarse para localizar bien las metas y objetivos y definir prioridades.

En síntesis, la planificación estratégica define el objetivo de «hacia dónde vamos» y «qué queremos lograr», mientras que la autoevaluación proporciona un «diagnóstico de dónde estamos» y «cómo lo estamos haciendo», permitiendo un ciclo de ajuste y mejora constante que impulsa la calidad educativa con un claro objetivo de excelencia y pertinencia [i].

Este modelo de gestión, al estar fundamentado en la planificación estratégica participativa, la gestión por procesos bajo estándares reconocidos y una autoevaluación continua, permite a las instituciones de educación superior no solo cumplir con los requisitos de acreditación, sino también fomentar una cultura de excelencia y mejorar su posicionamiento y relevancia en la sociedad.

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